soy mujer… mi columna de marzo en Para Ti…

Hace treinta y tantos años llegué al mundo como Sebastián, pero realmente debería haber sido Daniela. Así es, todo indicaba que este tipo de 1,90, tez morena, pelo castaño y ojos cafés medio miel, tendría pechugas, pelo largo, ovarios y otros menesteres, o sea, yo era una niña. Yo no sé si la ciencia se equivocó, si el mundo la cagó o qué, pero confieso, que me hubiera gustado haber nacido mujer. No puedo quejarme de lo que la vida me ha dado, pero claro, cuando miras para atrás, dices: “¿y qué hubiera pasado si…? ¿Cómo hubiese sido de mujer? ¿Habría sido una mina interesante o una del montón? ¿Habría sido una mina chora, con cuento, intelectual, suelta? Son muchas las dudas que tengo al respecto y hoy, que en esta edición celebramos el Día Internacional de la mujer, pretendo transformarme en mujer sólo por esta columna y haré el ejercicio de enfocar mis acciones y comentarios, como ustedes, como una mina. (Altura de miras por favor, sé que todo lo que diga o piense, será apuntado con el dedo, pero vamos, a jugar).

Me levanté temprano, debo reconocer que no  fue muy cómodo dormir con pechugas, (¿cómo lo hacen para dormir de guata?) En toda la noche no pegué pestaña, además, Carlos no dejó de roncar, parece un oso, todo esto, sumado a que vimos una película que me mató, de Richard Gere (mino él) y no podía parar de llorar. Carlos me preguntaba qué pasaba, pero no había explicación, el entorno, la historia, él, todo me tumbó. Es que ando sensible. No sé si es el clima o qué, pero “ando hueona”, y obvio, “me levanté atravesá”, y claro, con la pintura corrida mal, pero no puedo quedarme pegada, porque tengo que preparar a los niños que los pasan a buscar porque se van a la casa de sus primos, la reunión con los clientes, luego la hora con la Rosita para hacerme los pies y de ahí, me paso a comprar los útiles que faltan. Al fin un rato para mí. En una de esas, me desquito con esos zapatos que me encantaron el otro día y que Carlos no fue capaz de admirar, ¿por qué los hombres nos asientan con la cabeza de todo, con ese gesto cansino y que no dice ni aporta nada?, me gustaría que alguna vez en la vida, me dijera “si, te quedan increíble, te ves divina”, pero no, no hace más que estar apurado y balbucear una que otra tontera. Pero hoy, estoy sola, me los compraré y punto. Después, tengo que ver el regalo de la Paty, que está de cumpleaños, ah, y tengo que ir a la casa de mi suegra (una lata) a buscar la bandeja para el postre que se nos quedó ayer. ¿Qué me pongo? ¡Este closet parece vacío! ¡No tengo nada!… la blusa blanca, ¿falda? No, hay algunos “amigos” por ahí (me recuerda que tengo que ir a depilarme también), pantalones negros entonces, y mi pañuelo al cuello, ¿cartera negra?, no, mejor la blanca, ¿o la gris? ¡Ay, no sé! Celular, agenda, labial, pinche, espejo, y todos mis cachivaches. Le dejo las indicaciones a María y me voy. Suena el teléfono y es la Cata, que me cuenta que de nuevo se peleó con Jorge, que ya no da para más el cuento, así es que sumo otra actividad más a mi día, no puedo dejar sola a mi amiga, en una de esas, le digo que me acompañe y así, se distrae. Ya en reunión, me toca el típico pelotudo que cree que una es cualquier cosa y no deja de mirar, ¿qué se creerá este idiota? Le tiro “la roca” en la mesa y sigo con mi argumento, el cual, por supuesto, doblegó cualquier atisbo de conquista laboral barata. Me voy donde la Rosita y le pido que me haga “las patas”, pero que aproveche para depilarme. Me cuenta de su vida y hablamos las mismas tonteras de todas las semanas, pero ¡me encanta! Un minutito de tranquilidad mientras la cera recorre mis piernas ¡ouch! ¡Puta que duele está hueá! Pierna entera, rebaje, bigotes, mientras la otra niña hace su trabajo en mis manos ¡Quedo increíble! Hay que seguir. Al supermercado. La lista es eterna ¿por qué Carlos no puede hacer estas cosas? Cuadernos, lápices, témperas y blocks de dibujo. Todo comprado. Me llama la Negra y me recuerda que hoy, nos juntaremos con las chiquillas a tomar un trago y a celebrar a la Paty ¡Club de Lulú! ¡Eh, eh, eh! Le aviso a Carlos y me pone voz de perro, pero no me importa, él sabe que al menos, un día de la semana, nos juntamos con mis amigas a copuchar un rato. ¡Que se joda! ¡Si la semana pasada llegó a la hora del queso después de su carrete con los tipos del banco! ¡Me toca! Es más, ahora si voy por esos zapatos de taco infartante ¡Se van a morir cuando me vean! Son altos, me duelen un poco los pies, pero qué más da ¡estoy regia! Llamo a la Cata para que se venga, almorcemos y conversemos… “Suegra, no alcanzo a ir hoy, ¿te parece mañana?”.

Podría seguir relatando días y días de panoramas y ajetreo, pero no. Vuelvo a ser yo y no sé si hubiera podido con todo. Son unas máquinas. Me cansó ser mina por un momento. Vuelvo a mi masculina realidad. Son tremendas. ¡Felicidades mujeres!

@sebastiannora en Twitter o en mi blog, inzzzomnio.wordpress.com

 

2 respuestas a “soy mujer… mi columna de marzo en Para Ti…

  1. ME ENCANTÓ LA NOTA… LÁSTIMA QUE ESTE SEÑOR QUE ESCRIBE NO ME TOCÓ COMO MARIDO,DE TODOS MODOS FALATARON ALGUNAS COSITAS COMO CLASE DE PILATES, MASAJES,COSMIATRA, BUSCAR A LOS CHICOS AL COLEGIO, LLEVARLOS A TENNIS TRES VECES A LA SEMANA DOS VECES TAE KWONDO, A LA SALIDA DEL COLE FUTBOL, CLASES DE BAJO Y CUMPLEAÑOS DE AMIGUITOS ENTRE OTROS MENESTERES,PERO A PESAR DE TODO AMIGAS…NO CAMBIARÍA LA FELICIDAD DE LLEVAR UN HIJO EN EL VIENTRE.

  2. que hueca tu nota…… no todas las mujeres somos tan lateras…… quedamos como weonas pencas y vacias………….. no conoces a las mujeres. o si conoces solon a unas wnas viejas fomes, estupidas…………..

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