Trabajando.com, hizo una encuesta, que dice que el 86% de los chilenos, está dispuesto o le gustaría trabajar afuera. Wow, no deja de ser una cifra intimidante. Porque habla de que no estamos contentos con lo que tenemos, con lo que somos. Muchos, un 16%, dijo que se iría a trabajar al extranjero, porque tendrían más oportunidades. Un 14% dijo que lo haría por un tema de idiomas y conocimientos nuevos. Y otro resto, un 11%, dijo que afuera, se paga más.
Europa es el destino más apetecido, seguido, obviamente, por USA.
Vamos dándole alguna percepción propia a este cuentito. Lo primero, la cifra de gente que estaría dispuesta a emigrar, me parece muy alta. Y habla, de que no estamos contentos con la pega, con el país, con nuestra cuidad (sea cual sea), con nuestra vida, en general. La pega, es una parte importante de la vida, por eso la nombro como tal. No es todo, pero estamos más tiempo en la pega, que en otra parte. Bueno, hay un descontento, eso es innegable. Ahora, difiero de algunas opiniones, como por ejemplo, los que dicen que afuera, hay más oportunidades. Complicado. Sabemos lo que nos cuesta, como chilenos, hacer vida en el extranjero, y sabemos, además, que son pocos, los que logran quedarse y mantenerse. En ese sentido, las oportunidades hay que buscárselas. Una persona que no tiene trabajo hoy, es porque simplemente no se las busca. Hay tanta herramienta donde echar mano, que las ideas, debieran comenzar a fluir. Ahora si, en este país, hay ciertas cosas que son un trámite horroroso. Poner un restaurante, por ejemplo, es para valientes, por nombrar algún rubro.
A los que dicen que afuera, se paga más. Claramente sí, pero la vida es el doble más cara que acá. He estado con gente de muchas partes, sobre todo que han estado viviendo en Europa, y un departamento, ya es imposible. Un simple arriendo, es una locura. Ganas más, ok, pero todo lo que ganas, se irá en vivir, o sea, estamos igual. Estados Unidos es lo mismo. Un arriendo de un departamento de 100m2 es un lujo que acá en chile, nos podemos dar quienes trabajamos y le ponemos cuento. O sea.
Ahora, en resumen y como última reflexión, creo que el chileno común, dura poco afuera. No es fácil. Se echa de menos, se extrañan pequeñeces, la nostalgia nos invade y terminamos por tirar todo a la basura, porque la cazuela es más fuerte. Suena simplista este comentario, pero no busca serlo. Lo que quiero decir, es que, si, en el extranjero, adoptamos una fuerza distinta, un aire nuevo, y nos jugamos por todo, y podemos ser garzones sin pensarlo (cosa que acá, no harían algunos), pero son pocos los que logran mantenerse largo tiempo. Intentarlo, es la mejor opción. Palabras más o menos, dan lo mismo. En la cancha se ven los gallos.
Inzzzomnio 