Entretenida nota de Lun de domingo. En Estados Unidos, todo condenado a muerte, tiene derecho a pedir su última cena. Claro, el tipo va a pasar a mejor vida, por ende, por ley, le dan un último respiro o placer. Lawrence Brewer, quien estaba “listo para la foto”, pidió, atención: dos pechugas de pollo a la plancha; una hamburguesa triple con queso, carne y tocino; verduras fritas; papas fritas; una pizza de carne; helado y una barra de mantequilla de maní, o sea, ¿murió contento? No, porque cuando le llegó la comida, decidió no comer, o sea, lo pidió para puro huevear. A raíz de esto, un congresista de Texas, pidió que ya no hubieran comidas a pedido, estableciendo un máximo de U$40 por perico que va a morir.
Otro pidió un jugo de naranja, otro una aceituna, y así. Esto, fue develado por un fotógrafo que hizo un seguimiento a estas historias, a quien, también le preguntan, ¿Cuál sería tu última cena? A lo que responde, Coca-Cola, hamburguesa queso, papas fritas o una pizza con mucho queso.
Si a mí me dieran a elegir, diría: porotos granados, milanesa con salsa de tomates, una buena pizza, y obviamente, un pucho y muchos chocolates. Si voy a pitearme, que sea bien dulzón.
¿Cuál sería tu última cena?
Inzzzomnio 