“es como ir al baño, y no mirarse al espejo”

“Es como ir al baño, y no mirarse al espejo”, dice la frase en relación a algo que tiene que ser de determinada forma. Pensémoslo bien, ¿ir al baño, y no mirarse al espejo? Imposible. Primero, porque está ahí, en frente, segundo, porque somos intrínsecamente vanidosos y nos pegamos una mirada, de arriba abajo, siempre, antes de salir, al despertarnos, al acostarnos, etc.

Una tipa, llamada Kjerstin Gruys, estuvo un años, si, ¡un año!, sin mirarse al espejo, sin fotografiarse, sin reflejos, ni nada que la hiciera ver cómo estaba su apariencia. ¿la razón? Su matrimonio. Al verse reflejada en el espejo, con el vestido de novia, comenzó a ver errores y detalles. Ya había pasado por una experiencia de anorexia, por lo cual, bajar de peso, era impensado, entonces, decidió, no verse más, durante un año, no preocuparse de rollos, cara de culo, malas formas, etc. ¿Qué tal? Osada la mina, para qué estamos con cosas.

De esto, hizo un blog, http://www.ayearwithoutmirrors.com/ en donde cuenta todas sus peripecias al respecto. Porque sabemos que es inevitable verse en algún lugar. Todos los sitios tienen un espejo, una ventana muy limpia, o algo, que nos hace vernos. Pero ella, seguramente corría cuando veía la posibilidad de verse nuevamente. Obsesa, loca, no lo sé, pero le dio resultado.

Aprendió a maquillarse con el tacto, como si fuera una mujer ciega, y muchos, la han tratado de loca, porque no enfrenta, de manera directa, sus miedos y trancas, puede ser.

¿Podríamos estar un año sin mirarnos al espejo? ¿Yo? ¡No! ¿Ustedes?

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