Todo lo que sube, tiene que bajar y todo lo que empieza, dicen, tiene que terminar alguna vez. Las fiestas, terminaron por este año y según vi, leí, se pasó muy bien. Parece que había ganas de disfrutarlas a concho, habiendo tanta mala onda, tragedia, piedrazos, tomas, alegatos, etc. Bien por eso. Ahora, compadezco a quienes, a esta hora, están volviendo a la capital o a su lugar de destino. Un culo.
Todo lo comido, lo bailado, lo celebrado, se te va a la cresta en 2 o 3 horas de taco. Además, que cuando andamos “endieciochados”, es peor. Acidez estomacal, dolores de cabeza, guata y piernas (si el baile estuvo presente) y de regreso. Mal. Volvemos a casa un lunes feriado, que funciona como domingo, con todas sus cosas malas.
Los niños están de vacaciones, ¿con quién los dejamos?; La nana se enfermó (era que no), ¿Qué chucha hacemos?; Mañana hay que trabajar como cualquier mortal y con la mejor cara. Ahora, si fue el curado de la fiesta empresa del viernes, mejor no llegue, será el hazme reír de todos. Leí muchos reportajes que hablaban de eso, de quienes se pasan de copas en estas fiestas y sacan a bailar a la jefa y le tiran el tufo encima, bestias.
Volver a descargar el auto llegando. Mamarse un taco insostenible. Los cabros chicos huevean preguntando “¿cuánto falta?”. La señora, con una cara de culo de dos metros. Él, histérico y con ganas de apagarlos a todos. La suegra, que pide que “llegando, la vayan a dejar”. Otro cacho. Y todo esto, con un auto atrás, otro adelante, otro al lado, y a dos por hora. Un horror. Lo mejor, sería, dejar todo programado, para volver el lunes, directo a la pega, pero muchos no pueden. Lo otro, sería volverse a horas extrañas, o muy temprano o muy tarde, pero claro, muy temprano, te pierdes el último día de juerga y el asado con sobras y si llegas muy tarde, la suegra alega, o sea. Cacho, cacho, cacho.
Espero que la celebración haya sido tan buena, que todo este caótico regreso, no empañe nada. Buen 18 este.
Inzzzomnio 