Así es, reírse, pero no esa risa fruncida, si no, esa carcajada que opaca a cualquier comensal en una mesa. Echado para atrás, con boca grande y llanto (si se puede), sería capaz de combatir el dolor.
Se hizo un estudio con varias personas, a las cuales les ponían videos graciosos, y a varios, se les ponían bolsas de hielo en sus brazos. Todos sabemos que el hielo, en determinado punto, comienza a arder y duele. Bueno, a los que generaron más carcajadas, no les dolía tanto como a los más graves. ¿Qué tal? Dicen que la risa es remedio infalible, y lo es. Reírse de buena gana, con lágrimas, con intensión, cura cualquier pena y te hace olvidar cualquier dolor, ya sea físico o mental.
La idea, siempre, es secretar endorfinas, las cuales, ayudan a sentirse bien. Debería existir una pastilla de endorfinas para que siempre nos estemos sintiendo bien, tranquilos.
No hay nada como reírse. Una buena película; monitos antiguos y tontos; un buen chiste contado en una mesa; una anécdota del pasado, etc. Lo que nos haga reír, viene bien, siempre. A reírse lo más posible. Esa es la consigna. Y para reír, tengo un chiste…
Noche nublada y lluviosa… dos pizzas en un cementerio, cabizbajas mirando un nicho… el viento soplaba… las dos pizzas lloraban a mares… hasta que una le dice a la otra: “¿era familiar?”… no, ¡mediana! Jajajaja… si tiene uno mejor… es momento de contarlo… a reír!!!
además, vea este video… y sólo ría…
Inzzzomnio 