La vida es muy extraña…

Acostado en día viernes. Era una tarde como cualquiera. Computador y una ráfaga de noticias que hablaban de “Camiroaga”. No entendía nada. ¿Qué cagá se mandó? ¿Se casó? Las primeras cosas que se me pasaron por la cabeza. No. El avión donde viajaba, había desaparecido. Y el Twitter mareándome con tanta información al voleo. Y amigos que posteaban otras informaciones, más al voleo aún y con una irresponsabilidad que asusta. Seguía sin entender, pero ya comenzaba a ponerme nervioso, aunque, debo reconocer, que, como no había noticias contundentes, todavía no alcanzaba a preocuparme. Me voy a cooperativa y escucho que repiten 100 veces la grabación de la entrevista del alcalde, que decía que estaban todos muertos y el avión se había desintegrado (si no es así, ese señor, mañana debiera renunciar a su cargo y virarse lo más lejos posible). Después, me voy a la tele. Tvn y sale Consuelo Saavedra hablando, hasta que da la lista de los posibles desaparecidos. Dentro de ellos, estaba Rodrigo Cabezón, quien fuera mi partner de móviles en Canal 13, en Viva la mañana. No lo podía creer, y recién ahí, me pegué el alcachofazo. Y mi corazón empezó a latir fuertemente. Un amigo estaba en problemas, un amigo, podía estar muerto. El llanto no se hace esperar. Se me cae el cielo encima y pienso en mi hija, pienso en la pega, en la mierda extraña que es esta vida. Muy rara. Y miraba al cielo, y le pedía a alguien, que trajera a mi amigo de regreso. Y escuchaba cooperativa de fondo. Y Saavedra de fondo. Y más nombres, y Piñera queriendo hacerse el lindo, seguramente con ganas de lanzar, nuevamente una cápsula, pero esta vez al mar. Y veo a Allamand con corbata negra y con una cara de culo peor que la mía. Y me voy al face de mi amigo, y le escribo, queriendo que me responda, como todos los viernes, en donde nos piscoleabamos “virtualmente” (qué haces chato, me decía / acá, piscoleando y tu? – yo tb, salú!!) Esas eran nuestras conversaciones y la verdad, espero que sigan siendo… y pienso en los buenos momentos juntos. Y se me vuelve a partir el alma. Y me voy al Twitter y leo a imbéciles que quieren figurar en un día como hoy. Leí frases como: “que la armada aproveche para buscar a los desaparecidos”, le dije, le mandé un mensaje, diciéndole que era un imbécil, @Nicolas_Mallea es su twit, por si quieren verle la cara de conchadesumadre que tiene. Y vuelvo al face, y me encuentro que está la señora de Rodrigo etiquetada, y le escribo, mandándole fuerza en un momento, donde me imagino, no hay fuerzas. Y sigo ahogado en lágrimas y con el pecho apretado y hecho mierda la verdad. No puedo creer lo que pasa. No puedo creer que un amigo, muy cercano, haya pasado por una tragedia así. Me imagino el momento exacto. Su familia. Si está vivo, cómo debe estar. Y si está muerto… lo peor… fui a buscar a mi hija, y me puse a llorar cuando la vi. Y le dije que la vida es muy corta, que aprovechara sus momentos, sus amigos, sus ratos lindos. Y no podía más. No puedo más con esto. Y veo la portada de Lun y entiendo que esto es pega, soy periodista y quiero vender igual que ellos, pero como me toca de cerca, no lo tolero. Lun, no los tolero a ratos. Son un mal necesario, lamentablemente. Maána corren cabezas por la irresponsabilidad, seguro. Y sigo esperando noticias, y creyendo, firmemente, que la vida es lo más extraño que hay… y que mi compadre está nadando, luchando, queriendo volver a su casa y a piscolearnos en viernes… estoy muy triste… fuerza amigo!!! vuelve!!

(columna en desarrollo)

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