El 31 de agosto, de 1997, muere en Paris, Lady Di. Fue un pencazo (literalmente) para todos. Esta muchacha, generaba cosas. No sólo era reina, además, tenía un ángel especial. Por eso, cuando muere y de la forma que lo hace, golpea a gran parte del mundo.
Transitaba, a alta velocidad, dicen que por culpa de los Paparazzi, por el túnel I’Alma en París. Entre carreras y ademases, plaf! Todo termina. Iba junto a su novio, el egipcio Dodi Al-Fayed, quien también falleció, junto al chofer del auto. “casualmente”, el único sobreviviente, fue el guardaespaldas de Dodi, quien, según dicen, llevaba el cinturón puesto.
La muerte de Diana, fue una nebulosa siempre. Algo turbio, oscuro. Dos años después del accidente, un juez francés, dictaminó que el responsable, había sido el chofer, quien había chupado como loco y estaba con antidepresivos en el cuerpo, además, claro, de una mala maniobra, cuando los reporteros los perseguían.
Este caso, puso en tela de juicio muchas cosas, la seguridad, la vida privada, la farándula, etc. Pero la tesis más alocada, es la que investigaban los padres del egipcio, quienes están o estaban, convencidos, que esto fue obra de la familia real británica y el Servicio secreto británico. Pero al tiempo después, todas esas hipótesis, se fueron a las pailas, por falta de pruebas concretas.
Bueno, Diana, se hizo mundialmente famosa, por generar una campaña a favor de los enfermos de Sida, además, de luchar contra las minas anti personales. Además, de estar ayudando, constantemente, a niños africanos. Muy cercana a Mandela, el Dalai Lama y teresa de Calcuta.
Recordada, también, fue la canción de Elthon John, su amigote, quien interpretó en su funeral, el 6 de septiembre, televisado a todo el mundo (así no más). Candle in the win.
Inzzzomnio 